SINOPSIS
Magnus Chase siempre ha sido un chico con problemas, ha vivido solo en las calles de Boston esquivando tanto a la policía como a los ladrones. Un día, una nueva sombra se suma a sus perseguidores: su misterioso y hasta entonces desconocido tío Randolph, que le revela un secreto imposible: Magnus es en realidad el hijo de un dios nórdico. Los mitos Vikingos son reales. Los dioses de Asgard están preparándose para la Gran Guerra. Trolls, gigantes y criaturas horrendas se entrenan para el Ragnarok, el fin del mundo. Con la ayuda de Sam, una valquiria que lo odia en secreto, y del enano Blitzen y el elfo Hearthstone, ambos fugitivos, Magnus viajará por los nueve mundos en busca de la única arma que puede detener el Ragnarok: una espada legendaria perdida hace miles de años…Y en el camino tendrá que tomar la más difícil de las decisiones. Porque a veces, para salvarse, es necesario morir.
MI OPINIÓN
“Los mitos son simplemente historias sobre verdades que hemos olvidado”
Algo que siempre me gustó fue la mitología. La mitología griega en especial siempre me interesó así que, para la sorpresa de nadie, crecí con los libros de Percy Jackson (y las películas pero bueno, nadie habla de ellas por una buena razón)
Tengo que admitir que no comencé a leer sobre mitología nórdica hasta que empecé a ver las películas de Marvel pero sobre todo, al descubrir la serie Vikings, y algo que me llamó la atención desde el principio fue que cada adaptación de deidades o mitos nórdicos parece ser más cruda en comparación con las adaptaciones que he visto de historias sobre diosas/es y héroes/heroínas griegos/as.
Esta característica siento que es traída por el autor a su saga, en contraste también con la saga de Percy Jackson. En ésta última, siempre tuve la sensación de que Zeus y Cia (si bien Zeus no deja de ser un idiota en los libros mencionados), son maquillados de cierta forma y uno tiende a olvidar que, de acuerdo a los mitos griegos (y los romanos luego), los Dioses del Olimpo no son muy buenos que digamos.
Magnus Chase no deja de ser una saga apta para adolescentes pero no pude evitar sentir que la característica un tanto inocente no es transferida a la misma por lo que tanto las deidades y criaturas nórdicas como los einherjar y las valquirias se sienten adaptadas de una forma más realista en comparación a sus contrapartidas en las sagas de Percy Jackson, Héroes del Olimpo y Pruebas de Apolo.
Así, si la saga de Percy Jackson fue la idónea para leer en mi infancia y adolescencia, me alegra haber esperado a tener mis bellos 23 años para leer la de Magnus Chase.
“¡ZAS! Caí al agua. Luego morí. Fin.”
Que el protagonista de los libros de Rick Riordan tenga una vida muy difícil no es nuevo. En el caso de Magnus, como se menciona en la sinopsis, cuando comenzamos el libro lo tenemos viviendo en las calles de Boston hace dos años, aparentemente sin familia en la que poder recibir soporte.
Personalmente, creo que algo genial de la forma de escribir de Rick Riordan es como las personalidades de sus protagonistas de cierta forma se acoplan al tono de la mitología, y el mundo en sí, del que son parte. Así, Magnus es incluso más sarcástico que Percy, es ingenioso, de humor crudo y tan adaptable a las sorpresas implícitas en su viaje que no pare de asombrarme.
Otro tema super interesante es como en los libros de este gran autor, cada tanto uno olvida quién es el protagonista, dado que le da a cada personaje su propia historia, su propio motivo, y su propio crecimiento a lo largo del libro.
Como sucedió en Percy Jackson con Annabeth, Grover y los demás y luego en Héroes del Olimpo con Jason, Reyna, y el resto, en Magnus Chase esta cualidad sigue presente y así, si bien es Magnus quién relata, sus compañeros se sienten tan importantes y queribles como él.
Magnus me hizo acordar un poco a Nico Di Angelo de la saga de Percy Jackson pero menos adorable en cierta forma; pero lo seguro es que Magnus Chase se volvió el personaje que necesitaba para volver a querer leer: ocurrente, profundo, realmente complejo, pero sobre todo infinitamente interesante.
“Una vez alguien me dijo que el valor de un héroe no se puede planificar: tiene que ser una reacción sincera a una crisis. Tiene que salir del corazón, sin pensar en ninguna recompensa.”
Algo que también me interesó sobre este primer libro de la saga es que, al igual que en las sagas ya mencionadas, está basada en una profecía, pero en este caso es una real en la mitología nórdica y que todos conocemos: El Ragnarok, el mito nórdico sobre el fin del mundo.
Si hay algo en lo que Riordan es profesional, a esta altura, es traer conocidos mitos, personajes o eventos de las distintas mitologías a la contemporaneidad, dándoles así la nota necesaria de modernidad para ser no sólo interesantes sino apropiados para el entretenimiento de las distintas generaciones consumidoras de estas historias.
Habiendo dicho esto- y tal vez me equivoque- fue refrescante en cierto sentido leer por primera vez sobre una historia traída a la modernidad pero cuyo final ya lo sabemos. En el caso de la saga de Percy Jackson, con Cronos y en Héroes del Olimpo, con Gaia, la historia en cierta forma se repite pero el final no lo sabemos y queda a cargo enteramente del autor.
Con el Ragnarok entonces, la dinámica es distinta. Ya sabemos quién es Fenrir, Thor y Freya, y sobre la lucha de los ejércitos de Odín contra Loki y los gigantes entonces, es una historia sobre una batalla: tenemos al héroe, tenemos al enemigo, tenemos los compañeros de la misión, pero el resto de la historia es de proporciones épicas y ya conocida, por lo que en cierto sentido, esa diferencia es justamente la que la hace un cambio bienvenido con respecto a lo que yo personalmente venía leyendo del autor. Así, es super interesante como, modernizando la historia e introduciendo personajes de su invención, en realidad Riordan en sí trabaja con un concepto ya conocido, alterando así únicamente los aspectos no conocidos del mito.
“Dicen que todo el mundo sueña y que yo simplemente no recuerdo mis sueños. Pero, creedme, siempre he dormido como los muertos. Hasta que me morí. Entonces soñé como una persona normal.”
Hace un tiempo leí un post en Instagram que cuestionaba el porque es Harry Potter la historia de nuestra generación y no Percy Jackson. El argumento más importante, y lo que me hizo estar medianamente de acuerdo con el/la autor/a del mismo (más allá de mi amor por Harry Potter), es el gran factor que constituyen las historias y los personajes inclusivos en estas sagas.
No puedo hablar sobre Las Crónicas de Kane porque no la he leído aún, pero ésta es una característica tan fuerte en Percy Jackson, Héroes del Olimpo y Pruebas de Apolo como lo es en la saga de Magnus Chase (como es el caso de Sam, Hearth, etc).
Cuando Riordan empezó a escribir Percy Jackson, hizo a la mayoría de los personajes disléxicos y con THDA inspirado en su hijo y con el objetivo de que no se sintiera excluido. Riordan, sin embargo, no se quedó ahí, sino que también incurso en la diversidad sexual y de género, por mencionar algunos ejemplos.
Lo mejor de esto, en mi opinión, es que, en contraste con lo que sucede usualmente, estos personajes nunca son personajes insignificantes. Como mencionaba antes, cada personaje tiene su pasado, lo que lo impulsa a seguir y un objetivo, pero de alguna forma, entre todas las aventuras relatadas, Riordan logra darles seguimiento y relevancia a través del tiempo.
Las sagas en sí son épicas, pero personalmente me parece que lo que le da más relevancia a estas historias es que todos nos podemos identificar con por lo menos un personaje.
“Una espada bolígrafo. Es la estupidez más grande que he oído en mi vida”
Por mucho tiempo, esta saga no me interesó. Como tantas otras personas, imagino, me quedé con Percy Jackson y no me sentí tentada de seguir explorando el mundo mitológico de Rick Riordan. Y qué equivocada estaba.
Esta saga es diferente a las otras, por supuesto, pero no es necesariamente malo ni menos interesante. Este primer libro empezó con la historia más importante, épica y de vida y muerte de la mitología nórdica, manteniendo los componentes que ya sabemos y dándoles a deidades y criaturas ya conocidas una personalidad un tanto más moderna pero sin ser desechada el componente crudo y cruel y un tanto salvaje propio de la misma. Magnus, Sam y el resto son los personajes idóneos para relatar esta historia y, si bien los personajes de Percy Jackson tendrán siempre un lugar privilegiado en mi corazón, los personajes de la saga de los Dioses de Asgard son igualmente carismáticos y, para mí, incluso más sencillos a la hora de identificarse con los mismos.
En general, este libro fue muy fácil de leer, muy entretenido de analizar y, como fan de las mitologías, muy interesante. No es igual a los libros que usualmente reseño pero es un universo que me interesó bastante por lo que probablemente lleguen más reseñas del mismo, así como de las demás sagas. Lo recomiendo a amantes de las aventuras, la mitología, y de personajes sarcásticos y de humor negro.
Mi puntaje: 4🌟/ 5🌟
—C.